Sensibilidad moral y arte
marginal
Dentro de los primeros capítulos
del ensayo a publicar y que nos lleva a profundizar sobre uno de los
componentes de la moral; la sensibilidad moral, consideré oportuno citar a un
gran personaje dentro de la historia de la humanidad. Pero paradójicamente
conocida solo en los medios del arte e interesados en las particularidades de
la segunda guerra mundial. Se trata de Rose Valland.
Me encontraba de descanso con
algunos textos en la mano cuando me percaté que en la TV transmitían una película
trascendental. Era “El Tren” (1964) del director John Frankenheimer. Un film clásico bélico sobre la hazaña
de un valeroso movimiento francés que se apresta a cumplir una tarea de
tremenda importancia; la de detener un ferrocarril lleno de obras de arte que
habían sido sustraídas de distintos museos, iglesias, galerías y mansiones del
hermosamente extenso territorio francés por parte del ejército nazi desde 1940.
La trama tiene sus características cinematográficas, ritmos y diálogos propios,
y resultan en un desarrollo genial e inagotable de reflexiones. Este hecho histórico
tiene como una de sus principales protagonistas a la historiadora y curadora de
arte del museo Jeu de Paume; Rose Valland, que inspiraron el concepto y
realización del film y que cristalinamente la trajo a mi memoria.
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Rose Valland, luchadora desde su trinchera; el arte. |
Esta curadora trabajó en el museo tomado por las fuerzas militares del Führer, que se había convertido en
el depósito central de las obras expoliadas, lugar donde al mismo tiempo realizaba
una tarea minuciosa, oculta e insigne, que consistía en recabar toda la
información de las piezas artísticas que llegaban al edificio y en especial
saber cuáles serían sus destinos. Su profunda sensibilidad y compromiso la lleva
a entablar comunicación con mandos del ejército aliado y principalmente con el
movimiento de liberación de su país, coordinando de esta manera el ataque al
último tren en dirección a Alemania. No fue una tarea fácil desde el inicio,
por cuanto los rebeldes no consideraban en poner en riesgos sus vidas por la
recuperación de pinturas, de las que no entendían y menos apreciaban
artísticamente. Mas la gran motivación fue la profunda sensibilidad a lo que
representaban como parte de su gente, de su país e historia.
Como podemos ver, la
toma de decisiones de índole moral, más allá del temor al peligro, a las
consecuencias fatales en caso de no lograr los objetivos, al compromiso
profundo con su gente, con su pueblo, con su país, con la cultura y el arte, tuvieron un punto de partida.
Todo pensamiento, reflexión, toma
de decisiones y acción o conducta en la que intervienen seres humanos y
podamos considerar en este proceso su bienestar o en todo caso su perjuicio
(justificado o no), pertenecen a los dominios de la moral. Las emociones cumplen
un rol fundamental y están presentes en el origen de toda acción. Nuestras
emociones son respuestas fisiológicas, biológicas y de estados psíquicos,
necesarios para nuestra supervivencia, aprendizaje y principalmente adaptación como
seres humanos. Definitivamente intrínsecos están ahí en constante gesta, en
cada momento y situación de nuestras vidas. Y en la trayectoria de nuestra experiencia,
estamos instados constantemente a aprender a gestionarlas para nuestro
beneficio y el de los demás, porque “interactuará” estrechamente con los otros
componentes llamados juicio, motivación, carácter y conducta. Y finalmente con un
último proceso que rechazará o reafirmará emocional y cognitivamente lo
realizado.
Mientras mejor eduquemos (sin
reprimir) nuestras emociones, podremos tener un desenlace limpio y beneficioso exteriorizado
finalmente por una conducta moral adecuada.
Una situación o circunstancia nos
puede llevar a sentir diferentes emociones que nos pueden impulsar en dirección
a ella o rechazarla. En conjunto las emociones se verán definidas como
sentimientos. La sensibilidad moral nos presenta las situaciones donde las
podemos apreciar activamente, y al ser una respuesta a estímulos nos admite en
la situación emocionalmente y nos abre de esta manera al proceso.
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Edvard Munch "El grito", considerado parte del "arte degenerado" |
¿Qué temía Rose Valland más que el
ser descubierta? Era una cantidad considerable de piezas de arte que se
alejaban del estándar hasta ese entonces considerado alta belleza. El arte de Picasso, Franz Marc, Edvard
Munch, Oskar Kokoschka, Marc Chagall, y muchos más, de las canteras del expresionismo,
impresionismo, surrealismo o abstracto en efecto y sus variantes, eran fuente
de su temor. Porque para el conocimiento y sensibilidad artística del Mariscal Hermann Göring y sus mandos, estas
obras no eran ningún tipo de expresión artística, eran perversión del arte, era arte degenerado. Por consiguiente su destino era incierto por
carecer de valor artístico para los autores de la expoliación, aunque
ciertamente suculentos para su comercialización en el mercado negro.
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Marc Chagall, como a muchos, desde muy pequeño me instó al estudio y práctica del arte. Verdadero genio considerado parte del "arte enfermo" por los nazis. |
Estas obras reflejan una
sensibilidad artística más allá de lo que podemos considerar como real. No
obstante miles de alemanes pudieron observar muchas de ellas en las muestras
que dirigían los comprendidos del arte superior, las mostraban como ejemplo de
la degeneración de la civilización, como un arte enfermo y decadente que
serviría al mismo tiempo para reafirmar su superioridad. Obras abarrotadas,
amontonadas sin ningún orden y cuidado, en muchos casos deterioradas y más aún
ridiculizadas con mensajes como “obra de desquiciados”, “descomposición mental”,
degradación del espíritu”. Obras proscritas de las cuales el Führer había
ordenado limpiar de todos los museos y espacios culturales existentes bajo su
control.
Actualmente, se conoce que una
cantidad importante están aún desaparecidas, pero existe un ánimo de confianza de
que serán ubicadas y revalidadas.
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Mujer en azul - Kokoschka |
Analizar el arte como tal a
partir de nuestra expresión como condición psicológica nos tomaría un
importante espacio en el post. Se ha tomado en cuenta en la idea original del
ensayo, pero que definitivamente tendrá una publicación especial, muy cuidada y
exclusiva, del que ya hemos empezado a trabajar también desde hace un tiempo
atrás por ser uno de mis campos de estudio.
El arte “degenerado” llamado así
por los nazis, no fue un elemento nuevo. Si bien ellos la justificaban como
signo de degradación de la humanidad, su concepción parte desde muchos años
atrás, como la búsqueda de un elemento “primitivo” de la expresión del ser
humano. Como parte de una revolución artística completamente necesaria en el
pensamiento estético e intelectual europeo de inicio del siglo XX, los artistas
buscan impulsados por la necesidad de nuevos valores liberarse de lo
tradicional. Responden sensiblemente a estímulos que generan esta búsqueda de
cambios y a partir de estos espacios crean, y a partir también de este proceso conoceremos
al “Art brut” llamado “Arte marginal”.
Pero muchos artistas consideran y
más aún descubren que los trabajos revelados de las condiciones inmejorables de
la expresión psicótica son en realidad una fuente inagotable de expresión, la
crítica abre sus ojos a este tipo singular de arte. En 1911, el grupo expresionista Der Blaue Reiter realizó en Munich una de las primeras
exposiciones donde se incluía trabajos de enfermos mentales, al igual que el
catálogo de Max Ernst en 1919, donde además de pacientes psiquiátricos lo hacía
con analfabetos. Innumerables muestras se realizaron a partir de estos trabajos
y los hospitales psiquiátricos fueron indudablemente impulsores indirectos del
desarrollo del campo, ampliando de esta manera importantes estudios sobre el
arte en la aplicación de métodos y estrategias en las alteraciones mentales. Arte
y ciencia de la mano.
Hoy la
psicología posee herramientas muy factibles dentro del arte, que permiten
mejorar los procesos psicoterapéuticos con beneficios plenos, individuales y
grupales. La sensibilidad es uno de los elementos de su desarrollo, ya sea descubriendo
procesos internos y de la misma manera externos que nos permitan bajo esta sensibilidad mejorar nuestra forma de ver la realidad, el mundo y nuestro
desarrollo personal. En el texto impreso podemos encontrar ya desde la
aplicación psiceducativa, importantes estrategias dirigidas al desarrollo de
nuestra sensibilidad moral por ser imprescindible dentro de este complejo
proceso del desarrollo moral.
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Mikey Welsh, artista marginal, ex bajista de Weezer. Con alteraciones mentales, dejó de existir en el 2011, su vida caótica nos lleva a la reflexión. |
Hablar del
“Arte marginal” nos lleva a entendernos también como seres humanos, nos lleva a
reflexionar lo que somos como parte de la sociedad. ¿Qué nos diferencia de los
artistas marginales, llámese artistas que no poseen ningún tipo de formación
académica respecto al arte; pintura, escultura, literatura, etc., y que a
través de estos universos encontraron una forma de expresión que los hace
importantes o los hace sentirse existentes en el mundo? ¿Cómo responden a estímulos
y cuál es su nivel de sensibilidad respecto a los que sus sentidos recogen? Si
es una sensibilidad profunda a lo que muchos de nosotros rechazamos, por
cuanto la mayoría de sus exponentes ha vivido al margen de la sociedad y sus costumbres;
ya sea en hospitales psiquiátricos, albergues, cárceles o la propia calle, nosotros
necesitamos conocer esa parte “negativa” de la sociedad existente, y criticarla
reflexivamente. Esta crítica nos hará sensibles a los problemas humanos, y nos
hará gestionar nuestras emociones, por consiguiente en dirección a la elevación de
sentimientos positivos dentro de nuestro difícil vivir. Es una “responsabilidad”
ya que como hemos comprobado, podemos ser muy sensibles pero a la larga nuestro
proceso de razonamiento respecto a esta sensibilidad puede concordar con lo que
otras personas pueden dictar buscando su beneficio, y podemos llegar a justificar
acciones tan deplorables como las vividas en la desastrosa II guerra mundial.
Es entonces, nuevamente y para enfatizar, el desarrollo de la sensibilidad moral una “responsabilidad”.
Luis
Enrique Olaya Céspedes.
Psicología
del desarrollo moral.
Interesante información , e buena declaración sobre los hechos de verdaderos comportamientos de una persona con problemas y el " ARTE DE LAS MANOS" , congratulations uncle
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