viernes, 13 de noviembre de 2015

Dilemas morales a través de la literatura

La literatura es esplendida e inconmensurable, considerada como una categoría intelectual para los estudiosos y sobre géneros considerada arte. Práctica de la escritura que manifiesta y reproduce la diversidad cultural, el desarrollo de los pueblos con una trascendencia particular destinada a la perdurabilidad, donde el individuo tiene hoy la libertad plena de plasmar creatividad, crítica, grandeza o muchas veces también turbulencias psicológicas, y a los lectores la posibilidad de conocerla. “La literatura es siempre una expedición a la verdad”, nos dice Kafka. “La literatura no es otra cosa que un sueño dirigido” en palabras del argentino cultivador de varios géneros Jorge Luis Borges.


Las criadas (Les Bonnes), obra del francés Jean Genet, estrenada en París el 1947. Rechazada por gran parte del público y la crítica, hoy es uno de los textos dramáticos claves por el profundo contenido crítico y “contravalores” expuestos como en casi todas sus obras y su vida.

Para el teórico de la literatura Wolfgang Iser, quien inmerso en la filosofía y literatura sustentó junto a otros exponentes la llamada teoría de la recepción, aquí toma en cuenta la importancia del lector como su crítica, a pesar de que el texto tiene una estructura, él afirmó que los textos literarios crean espacios en blanco que el  lector llenará mientras se introduce en el tema gracias a su imaginación. Este proceso es interesante porque el lector hace coherente la literatura, en esta interacción la respuesta es creada, se da un proceso cognitivo y emocional y estas se van dando y modificando. Iser nos dice “Sólo mediante la acción constitutiva de una conciencia que lo recibe el texto llega a su realidad, de manera que la obra artística es el proceso de constituirse el texto en la conciencia del lector”.

Indudablemente la interacción entre que el texto y el lector es muy rica, ¿no es cierto?, pero si vamos más allá, dónde la literatura convierte no solo esta interacción en un proceso creativo, sino que pueda influenciar al individuo en diferentes dominios y su interacción con el entorno social y su realidad, podríamos aprender más y ampliar nuestro criterio gracias a nuestro juicio. Sería interesante utilizarla como herramienta de cambio y desarrollo del ser humano frente a su problemática habitual.

¿Por qué está justificada la presencia de la literatura en este proceso de desarrollo? Por su fuerte presencia como elemento fundamental en la currícula del niño en formación y como habitual actividad en diferentes niveles de la población adulta, al margen de su instrucción académica, sin importar si es literatura formal, para clasificar de alguna manera a libros, textos, revistas y suplementos especializados, entre otros, y al popular diario matutino, incluyendo las visitas periódicas o frecuentes a páginas web y lecturas de blogs. ¿Cómo no inyectar alternativas sólidas de aplicación de razonamiento si tenemos a la mano una cantidad generosa de producción literaria que podemos seleccionar y utilizar? Por certeza existe también literatura específica con una estructura ya establecida para tal fin, muy lejos de ser “estática” y llena de mensajes impuestos de valores, o finalizando, como algunos cuentos clásicos, con una moraleja, dejando de lado el trabajo de construcción que exige el aprendizaje.

Mucha de la producción literatura es nuestra aliada, porque parten de realidades concretas y vidas reales plasmadas en personajes y situaciones ficticias pero que no se alejan de la realidad del ser humano, sin importar el momento histórico, geográfico, cultural, real e imaginario donde se desarrollan.

Entonces, los dilemas morales a través de la literatura son parte de las estrategias y técnicas de desarrollo del juicio moral, donde es posible crear un conflicto cognitivo para favorecer un diálogo interno, de tal manera que sea posible desarrollar mediante el razonamiento la compresión del problema o problemas planteados y adoptar una postura madura hacia ellos. Si bien es cierto estás técnicas son de aplicación dentro de la psicoterapia y programas psicopedagógicos, lo que plateamos como resultado de nuestra experiencia es poder utilizarla fuera del dominio clínico-educativo de tal manera que pueda ser aprovechada por volúmenes generales de población, según la etapa de desarrollo correspondiente.

Los dilemas comprenden breves narraciones de situaciones reales o ficticias que presentan un conflicto de valor, por lo general un personaje se encuentra en una situación problemática que obliga a elegir entre alternativas muy relevantes y comparables (por lo general dos). Esta discusión interna lleva a discernir cuál es la mejor decisión y tomarla bajo un fundamento razonado y lógico válido, y por qué sería esta la mejor manera de actuar o pensar en la situación planteada. Esta actividad de lectura y razonamiento faculta también la interacción entre interesados, porque es posible y recomendable la exposición de perspectivas distintas sobre el mismo material literario, creando una discusión abierta y responsable del tema, siendo tan importante como la propia discusión interna. En niños es necesaria la presencia del guía (padres o responsables) para la ayuda objetiva e imparcial de contenidos.

En adolescentes es muy recomendable. Recordando mi labor psicológica en el Hospital Nacional Docente “Madre Niño San Bartolomé” de la ciudad de Lima, población donde la carencia de información y la exposición a situaciones de riesgo en el ámbito sexual, entre otros muchos problemas socioemocionales, cognitivos y contextuales, predisponen a embarazos inesperados y consecuentes problemas de sanidad, nos llevaba a reflexionar de cómo poder prevenir diferentes situaciones y/o poder salir de estas. Cómo aprestar al adolescente a que pueda realizar una toma de decisiones beneficiosa, considerando las características tan particulares de esta etapa de desarrollo, pero integrando diferentes realidades, haciendo un trabajo macro conceptual, más que individualizar problemáticas.

Muchos trabajos cognitivos enfocados hacia los adolescentes son aplicados en escuelas y centros especializados europeos y americanos con admirables resultados; es el caso del Método “Konstanz”, Konstanz Method of Dilemma Discussion (KMDD), obviamente aplicado por personal capacitado, docentes, psicólogos o psicoterapeutas. Muy recomendado en instituciones y centros donde se pueda establecer un plan de trabajo con objetivos y plazos determinados. Consiste en que el especialista pone al participante en una situación similar a la real y lo confronta con una discusión creando respuestas emocionales y sociales, estos deben activar y desarrollar sus competencias morales y democráticas para mantenerse en esta posición, ofreciendo razones que defienden su opinión, una parte importante del proceso es escuchar las defensas opuestas tomándolas en cuenta y evaluándolas. Se aprende a negociar bajo la presión del grupo y su propio criterio. Dentro del proceso se empatiza con los personajes del dilema, se entiende otras vivencias. En suma resulta todo un proceso complejo y estructurado que finalmente se convierte en un estímulo muy sólido para el desarrollo cognitivo moral del adolescente.

La literatura como herramienta de desarrollo hacia la determinación moral posee una muy amplia posibilidad. De igual forma como un gran manantial de conocimientos. Puede ser lúdico y muy placentero, posibilita a ciencia cierta una gran integración de aspectos emotivos e invita a adoptar el punto de vista de los demás, cuando posee riqueza valorativa y racional, de tal manera que la tolerancia se convierte en parte de nuestra habitualidad. Ya a todos por igual, recordemos que la posibilidad de crítica objetiva e imparcial no es cualidad de muchos, un gran porcentaje de nuestra población, incluida la de alta instrucción, no ha podido o no ha logrado construir un pensamiento moral autónomo, solidario y justo, complicando las decisiones ya desde los grupos sociales y peor aún influenciándolos, por tanto el proceso de reflexión racional a partir de los conflictos cognitivos que nos proporcionan los dilemas morales presentes en el mundo literario posibilitan un estímulo al cambio deseado por todos.

Entonces, intentemos devorar a la literatura desde esta perspectiva diferente.

Luis Enrique Olaya Céspedes - Psicología moral.

viernes, 6 de noviembre de 2015

¿Por qué las personas tenemos diferente moralidad?

Tomando como referencia el estudio de M. Berkowits, coautor de investigaciones junto a Kohlberg sobre desarrollo moral, quien plantea educar a la persona moral en su totalidad, lejos de fragmentar posiciones que complican primero la compresión del proceso, y segundo, la aplicación de algún programa psicopedagógico o psicológico para tal fin. Es interesante poder, al menos metafóricamente, diseccionar al individuo moral y ver o encontrar en concreto cinco componentes bien marcados que nos permiten de alguna manera organizar este proceso moral y donde apuntar para su desarrollo.

¿Por qué articular sobre el tema?, surge de la interesante pregunta que muchos de nosotros nos hacemos ¿Por qué las personas tenemos diferente moralidad?, y es una cuestión órbita y puntual, también para mi sobrino Andrei Olaya, estudiante de derecho en la universidad de Carolina del Norte quien se hace la pregunta. El paraje Motiva a la reflexión, y no solo desde la amplia filosofía que desde hace mucho tiempo fue dueña exclusiva del tema, hoy abarca muchísima preocupación por estudiosos de diferentes fortines intelectuales y campos científicos, y desde hace un tiempo atrás es tema de estudio y compromiso de la psicología, por ser absolutamente necesario para la salud mental.

Jheronimus Bosch, llamado Jeroen van Aeken o Van Aken y conocido como El Bosco "El Jardín de las delicias". La tabla de la derecha representa la condena en el infierno; en ella nos muestra un escenario apoteósico y cruel en el que el ser humano es condenado por sus actos nada morales.

Es obvio que el contenido es cuantioso y generoso, tendríamos entonces que enfocarnos en uno de los cinco aspectos localizados en la tarea de disección de la que hacemos referencia, sin tomar en cuenta los otros aspectos igualmente importantes. Solo para acotar, en el trabajo de intervención clínica psicopedagógica que desarrolla el equipo PSICOEDUCA, la flexibilidad es una de nuestras leales compañeras, en otras palabras el individuo y/o el grupo, y sus necesidades determinan la dirección de nuestro análisis, abordaje e intervención y han sido necesarios en determinados casos la consideración del enfoque integral. Empero, para una compresión clara del post y lejos de “dogmatismos” tomemos en cuenta de la siguiente anatomía moral: conducta, carácter, valores, razonamiento y emoción solo un aspecto ampliamente interesante, el carácter.

Orientémonos brevemente a este metafórico “órgano” llamado carácter.

La conducta definitivamente es el fin de la persona moral, decimos que una persona es buena o mala o sus actos son positivos o dañinos por lo que realiza, por su conducta, pero no todo es conductual y aquí podemos citar como ejemplo a los llamados autores intelectuales de algún crimen, el estudio del razonamiento moral establece que no podemos determinar si una persona es moral solo por su conducta, esto es más que complejo, existe un proceso cognitivo (razonamiento según el estadio en el que se ubica la persona según su desarrollo) que determina nuestro proceder por lo que es, según las circunstancias, más factible tomar en cuenta la intención que el acto en sí.

La conducta está más ligada al carácter del individuo, tomemos como base los rasgos de personalidad, como la tendencia permanente de un ser a actuar de un modo y no de otro diferente. Lickona (1991) lo define como «disposiciones estables para responder a situaciones de modo moral, manifestadas en modelos observables (rasgos del carácter) de amabilidad, honestidad, responsabilidad y respeto generalizado por los demás» entonces observamos consecuentemente los efectos de estos rasgos.

Esta idea es bastante cercana a lo que conocemos como personalidad, a manera de conjunto de rasgos y cualidades que configuran la manera de ser de cada individuo y nos diferencian de otros. No obstante hablar de personalidad es también entrar en polémica, pero para una identificación sencilla e imparcial al respecto considero oportuno y ya desde el campo de la psicología cognitiva decir que son nuestros esquemas cognitivos (construcciones de la experiencia del individuo en forma de significados o supuestos personales) las que guían la conducta y emocionesnuestra moral no es la excepción.

Ahora, no podemos rotular la totalidad del carácter del individuo en el campo de la moral, no se puede, pero sí debemos entender que hay rasgos de carácter que contribuyen a la moralidad, muchos autores consideran a la empatía y a la autodisciplina como parte de ellas, pero si las analizamos detenidamente también pueden ser parte de rasgos de carácter de un individuo profeso en el daño a sus prójimos. Y ¿es posible desde esta perspectiva educar esta moral o moralidad (vamos a entenderla como una sola para no ahondar en terminología propiamente dicha, nos ocuparemos del tema y sus diferencias en un próximo post)? La conducta moral puede ser aprendida, practicada e interiorizada, la psicología tiene muchas herramientas para este propósito y así la demuestran las diferentes escuelas y sus técnicas psicoterapéuticas, en psicopedagogía y para la mayoría de la población que no visita a un psicólogo periódicamente es preciso demostrar y recompensar la conducta adecuada, reforzarla la convertirá en un hábito. La habitualidad de estas conductas van a derivar en el rasgo de carácter creando un círculo importante con la conducta; la conducta correcta se modela y conforma (por aprendizaje), lo cual conduce a tendencias ya internas que producen conductas correctas. Aquí definitivamente la relación entre la conducta y el carácter se convierte en un círculo muy sólido.

Nuestra personalidad determina mucho lo que hacemos y no hacemos, podríamos ser dejados o relajados en diferentes circunstancias y compromisos, ser determinantes, con tendencia a la intolerancia, tener impulsos o instintos exacerbados hablando ya desde un plano hereditario o de implicancias límbicas y corticales para graficar también el asunto. Nuestra moralidad es parte de esta complejidad y nos hace diferentes unos de otros, es importante ser conscientes de aspectos positivos de nuestra personalidad para desarrollarlos aún más, y de nuestros aspectos negativos para poco a poco ir remplazándolos por otros más adaptativos, si nos enmarcamos como seres biopsicosociales en una clara muestra de lo que somos como individuos, debemos sumarle también el aspecto cultural y lo enfatizo porque realmente lo amerita, y no como referencia a un desarrollo tan solo individual, sino colectivo, universal, este ideal parte necesariamente de nuestros procesos de desarrollo psicológico para encaminar una sociedad mejor.

Para finalizar y retomando los aspectos encontrados en nuestra disección; conducta, carácter, valores, razonamiento y emoción como unos de los enfoques útiles en la actividad clínica psicopedagógica, podemos concluir, que el conocimiento pleno de cada unos de ellos condiciona la posibilidad de educarlos y finalmente desarrollarlos.

Luis Enrique Olaya Céspedes

Programas PSICOEDUCA.

miércoles, 28 de octubre de 2015

Psicología Moral

En la intervención psicológica y psicopedagógica que realizamos desde hace un tiempo y en compañía, claro está, de un equipo de psicólogos(as), psicoterapeutas e investigadoras de gran nivel, no solo hemos podido crecer como personas y profesionales, sino que hemos reafirmado nuestra vocación. Este convencimiento no solo es sobre los procesos de enseñanza aprendizaje, de los aspectos emocionales que intervienen, de los aspectos sociales y cognitivos propiamente dichos, también es sobre el desarrollo moral.


Es interesante descubrir por medio de la investigación psicológica como logramos tomar decisiones morales al margen de ser consideradas buenas, malas, positivas o negativas, tomar una decisión luego de una confrontación de dilemas abriendo un proceso cognitivo es bastante rico y hasta hoy estudiado y polemizado. Mucho tiempo de investigar la teoría de Lawrence Kohlberg nos lleva a concluir sobre la existencias de sus estadios, pero, el proceso es más que complejo, desde considerar lo que conocemos comúnmente como emociones (reacciones psicofisiológicas de respuesta a estímulos), hasta la conducta moral.

Si bien es cierto hemos mencionado aquí algunos aspectos sobre la moral desde el punto de vista psicológico, las investigaciones siguen dando fruto, Turiel y Nucci por ejemplo nos permitieron diferenciar tres dominios dentro del proceso del juicio moral; dominio moral, socioconvencional y personal, desde muy pequeños podemos ya tener criterios diferentes sobre estos aspectos morales. En un post futuro podremos ampliar con toda esta información, porque es importante para docentes, psicólogos, auxiliares y personal comprometido en el campo educativo conocer estos procesos.

La sensibilidad, el juicio, la motivación, el carácter y conducta son parte de este proceso moral desde un punto de vista más general y amplio. Dentro de los Programas de aplicación que hemos desarrollado y como segunda fase de la intervención psicopedagógica según la necesidades de una población escolar específica incluimos el “Desarrollo moral” porque es posible y necesario desarrollarlo, es un compromiso constante del grupo con la sociedad, el desarrollo moral y la salud psicológica del individuo.

Gracias a este medio podremos dar a conocer nuestras experiencias de intervención psicológica y psicopedagógica en diferentes centros educativos y otras instituciones, ampliando de manera oportuna mucha información que podrá ser aprovechada al máximo.


Luis Enrique Olaya Céspedes  Investigador en desarrollo moral.

PSICOEDUCA.