La novela psicológica (realismo psicológico) permanece en
nuestra historia literaria de manera sólida y atrayente, y es innegablemente
necesaria. Nos permite encontrarnos de frente con situaciones y personajes de
ficción muy cercanos a la realidad; es obvio, por cuanto esta ficción parte de
la observación profunda de otros individuos. El autor exhuma su propia psicología en un trabajo del que ningún «ejecutor» del
género ha podido escapar, entregándonos envueltos en
complejas emociones obras realmente perdurables.
El mismo Fiódor Dostoyesvski proyecta su adversa vivencia
real a sus obras, causando, en efecto, lo que ya conocemos: Una descripción
gráfica de los estados emocionales, del pensamiento y acciones que los
personajes ejecutan. La característica principal que la diferencia de otros géneros
es que el contexto pasa a segundo plano, pero este no es menos importante.
Fiódor Dostoyesvski es quizá para muchos el más importante
representante
de la novela psicológica. Su vida llena de vicisitudes marcó su
manera
de ver la realidad, reflejándose claramente en su obra.
La novela psicológica ha influenciado
a la narrativa psicoterapéutica, promoviendo elementos y
estrategias sutiles dentro de sus párrafos bajo historias reales o ficticias con
las cuales el lector puede identificarse. Además, es recomendable hacer una selección
minuciosa de lo que podamos leer y que nos conecte con una realidad objetiva lejos de falsas expectativas o situaciones mágicas, que gracias al marketing y
medios creeremos cambiará el rumbo de nuestras vidas. Sugiero la lectura de grandes clásicos: Cervantes, Erasmo de Rotterdam, Dostoyesvski, Camus,… Pérez Galdós, etc; la lectura de ensayos sobre psicología y filosofía, y literatura de corte psicoeducativo.
Podemos considerar que la literatura tiene una fuerte
influencia sobre el desarrollo moral según el contexto y el entorno. En los niños es
imprescindible porque completa la acción pedagógica en la escuela. Se plantea como
ejecutora porque está ligada netamente a la conducta, y dirigida adecuadamente
tiene un gran poder sensibilizador, de tal manera que podemos desarrollar la empatía con otros
individuos y/o situaciones adversas, en otras palabras humanizarnos. Al tener
una lectura comprometida nos integramos emocionalmente con el autor, y
responderemos cognitiva y emocionalmente, acorde a la etapa de desarrollo en la que nos
encontramos. Los contenidos de muchos textos pueden ser aprovechados gracias a nuestro
proceso natural de aprendizaje. Es válido entonces conjugar la fortaleza cognitiva
y emocional dirigida a la acción; y desde luego es importante como
elemento de grandeza creativa y cultural.
La novela psicológica o de realismo
psicológico debe estar en nuestra agenda rutinaria de manera obligatoria por la riqueza de
su realismo, que sin duda se acercará a nuestra propia realidad psicológica.
Luis Enrique Olaya Céspedes.
Psicología Clínica – Educativa